Se trata de un edificio de unos 78 metros de largo, entre 10 y 20 de ancho y 4,5 m de altura, que alberga actividades atléticas tales como la modalidad de carrera de velocidad o salto de distancia, y se usa principalmente para el desarrollo de entrenamientos específicos de los atletas de alto rendimiento y para proporcionar un espacio climatizado donde puedan ejercer la actividad durante los meses fríos del año sin sufrir el riesgo de lesiones.
Ciutat
Igualada
Any
2018
Tamany
1.000 m2
Equip
Carles Pastor Foz, Albert Albareda Valls, Ramon Corrochano, Alejandro Tomás, Eudald Pedrós
Geometría delimitada
La forma del edificio estrecha y alargada está definida por la huella del terrenos sobre el que se emplaza, sobre uno de los extremos del estadio, que se encuentra limitado por la calle de un lado, en pendiente hacia el sur, y por la pista de atletismo del otro, mientras que los accesos se encuentran en las fachadas laterales que son totalmente transparentes.
Estructura con vigas Fink
El proyecto se define principalmente por la estructura y el cerramiento.
La estructura metálica está diseñada a base de pórticos con vigas bífidas, vigas Fink y pilares metálicos, que ayudan a optimizar los elementos estructurales que cubren las luces de entre 10 y 20 metros. Con esta solución se ha podido aligerar el peso de la estructura y dotarla de un atractivo con la importancia que se merece dentro del conjunto del edificio. Tuvo que realizarse una cimentación con micro pilotaje para ir a apoyar a los estratos más resistentes.
Muros de hormigón
Los muros de hormigón in-situ tienen una altura de 2,75 m y tiene varias funciones: Dar un cerramiento ciego del recinto deportivo y proteger las fachadas (sobretodo la oeste) de los golpes y el vandalismo. Además refuerzan el foco y la concentración de los atletas al limitar la conexión visual interior-exterior.
Fachada de policarbonato
La fachada de policarbonato Danpalon 30, un material translúcido y aislante, hace más liviano el conjunto y crea un filtro de luz natural difuso que homogeneiza la iluminación del espacio interior y, al mismo tiempo, genera una referencia visual en la oscuridad, en un entorno de ciudad jardín segregada del núcleo más urbano de la ciudad. Se combinan los colores blanco del propio edificio y el cobre, que integra los colores tierra, tanto del entorno inmediato como del edificio existente. Las fachadas laterales con vidrio y carpintería de aluminio blanco, están cubiertas por el alero de la cubierta y la fachada de policarbonato para extender el edificio hacia el espacio exterior.